Fuente: correo recibido de un compañero de Sevilla.
Desde hace algunos cientos de años, somos Aparejadores; desde la década de los 70 somos Arquitectos Técnicos; y ahora con motivo del Espacio Europeo tenemos que ser Ingenieros de Edificación.
La cuestión es, que independientemente de cómo nos quieran denominar, o de cómo cada uno de nosotros nos guste sentirnos, somos profesionales que no estamos unidos, no tenemos el sentimiento de colectivo y así nos ha ido, nos va y nos ira. Y ojo, el futuro puede ser muy lamentable, con unos profesionales de 1ª y otros de 2ª. Aunque los conocimientos, las atribuciones y las responsabilidades, sean idénticas.
Lo lógico y natural seria que todo aquel que sea Aparejador o Arquitecto Técnico, automáticamente tenga la Adaptación a la nueva titulación; entiendo que no es necesario explicar el por qué. Pero aquí topamos con los intereses económicos de unas Universidades en primer lugar, un Consejo General y unos Colegios provinciales que no están dispuestos a perder los cientos de millones de que esto significa (aprox. 100.000 profesionales en toda España por una media de 4.000 o 5.000 por curso de adaptación, haced la cuenta).
Este puede y debe ser el momento en que todos los que somos Aparejadores y Arquitecto Técnicos y después Ingenieros de Edificación; seamos capaces de unirnos, de asociarnos, de trabajar juntos para defender nuestros intereses (al margen de la problemática actual y puntual de la nueva titulación). Sentirnos un colectivo de una puñetera vez, como los Arquitectos, Ingenieros, etc. o sin ir tan lejos como los yeseros, alicatadores, etc., es decir de todos aquellos que quieren que sus conocimientos, atribuciones, derechos, se respeten y se valoren.
Y eso lamentablemente ni los COAAT, ni el Consejo General ni nadie lo va a hacer; entre otras cosas porque los COAAT, no representan ni al 40% del colectivo. Solo les interesa el dinero de los visados.
Por tanto, si tenemos la oportunidad de crear una Asociación en la que estemos representados el 100% del colectivo, ya seamos Liberales, Asalariados, Empresarios, Estudiantes, Funcionarios, etc., en la que tengamos voz y voto ante la Administración, Universidades, Partidos Políticos, Colegios o ante Europa; la decisión la tenemos todos y cada uno de nosotros. Para esto ya hay actualmente un paso dado importante y a nivel nacional que es la U.P.A.A.T. (Unión Profesional de Aparejadores y Arquitectos Técnicos), de la que se esta gestionando su constitución, legalización e inscripción. Y de la que podemos formar parte una vez constituida, previa inscripción de todos. En breve tendremos información al respecto, pudiendo ahora realizar una pre-inscripción de todo aquel interesado, facilitando los datos identificativos como nombre y apellidos, DNI, dirección, nº colegiado (en su caso), situación laboral actual, edad, etc.
Alguien puede opinar que ya tenemos Colegios profesionales que nos representan. No nos equivoquemos, los COAAT; por lo pronto no representan a la mayoría de la profesión; no nos defienden ante algo tan fundamental como por ejemplo, la Adaptación Directa a la nueva titulación; pretenden que pasemos por "caja" y desembolsemos 4.000 o 5.000, y lo único que le interesa es el colegiado sumiso que pague sus cuotas y sus visados y que no cree problema a lo ya establecido. Llevo colegiado desde al año 1.985 y sé de lo que hablo.
Bueno, creo que es hora de actuar. Suerte y un saludo
Sevilla a 6 de Septiembre 2.010
José María Rivas de Roda
· Los interesados podéis facilitar vuestros datos a vuelta de correo y serán incorporados a una base de datos, que estará disponible para su consulta, una vez elaborada.
· Dirección de correo: jmrivas@palivas.com
A José María Rivas de Roda.
ResponderEliminarDices que nunca nos hemos sentido un colectivo, y tienes toda la razón.
De siempre hemos estado haciendo la guerra cada uno por nuestra cuenta, nos ha ido bastante bien y en el caso concreto de los profesionales libres sin tener que esforzarse mucho, ya que siempre hemos vivido a la sombra de los arquitectos, renunciando a una parte fundamental para la que estamos capacitados (la redacción de proyectos) ya que esta generaba más trabajo que las direcciones de obra, era más tedioso y hacía falta dedicarle más tempo de oficina.
Los tiempos han cambiado, hemos dejado pasar las oportunidades y hace tiempo que nos han retirado prácticamente todas las atribuciones que teníamos dejándonos con tan solo aquello por lo que inconscientemente siempre optamos, la dirección de obras.
Esto no ha ocurrido por ejemplo con los Ingenieros Técnicos Industriales. Estos han tenido una vocación mucho más directa hacia la redacción de proyectos y la dirección de los mismos. Nadie les ha retirado atribuciones.
La variedad de salidas profesionales que hemos tenido los aparejadores ha hecho que unos trabajen en la empresa privada o en la función pública y otros como profesionales libres, estos últimos con colegiación obligatoria.
Los colegios profesionales sólo han atendido a este último grupo de profesionales (si bien no negaban la colegiación a ningún titulado, previo pago de las tasas colegiales) y han contribuido a que nuestro colectivo se dispersase y no se adquiriera un sentido de grupo que como estamos viendo hoy nos resulta muy necesario.
Creo que las cosas hubiesen sido muy diferentes si todos nos hubiésemos colegiado, cada grupo (empresa privada – funcionarios – profesionales libres) con una cuota diferente en función de los servicios que el colegio les prestase. Las asociaciones, en profesiones como la nuestra, sujeta a cambios tan rápidos y constantes son necesarias para estar bien informados y actualizados sobre todos los cambios que se producen (normativos, tecnológicos, económicos, etc.). Esta información es un valor añadido a la profesión que facilita al profesional la prestación un mejor servicio al cliente, sea este un particular, una empresa o una administración y sobre todo revaloriza a nuestro colectivo, ofreciendo un producto de más calidad. No olvidemos que muchos de nosotros, casi todos, nos vamos quedando totalmente desactualizados en los temas que no tocamos directamente (normativa, construcción, urbanismo, etc).
Por todo lo anterior creo que la naciente U.P.A.A.T. (Unión Profesional de Aparejadores y Arquitectos Técnicos) es una muy buena noticia, pero debemos aprender de errores pasados y no convertirla en un nuevo Colegio.
Decía Einstein que la locura era hacer siempre lo mismo y esperar nuevos resultados. Pues tengámoslo en cuenta, si damos un paso hacia delante que sea para cambiar a mejor.
Juan José Hernández